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jueves, 10 de septiembre de 2015

Calidad como cualidad.


Se me ha venido esa rima de una canción de rap al pensar en qué se fijan algunas personas de otras.

Me resulta muy curioso. Supongo que será el clima que envuelve generaciones, o tal vez simples preferencias de las personas.

Durante este verano, el poco tiempo que he tenido libre, he podido escuchar a varias personas hablar de por qué siguieron con una persona con la cual no tuvieron un buen matrimonio ni un buen final.
Algunas decían: "Pues era trabajador" ... "Venía de una buena familia" ... "Me hablaron bien de él", otras también decían "Le gustaba la misma música que a mi" ... "Le gustaba hacer mi plato favorito", etc...

Mimetizadas. Así se me iban a quedar las cejas de levantarlas tanto hacia mi pelo por mi sorpresa. La verdad que si uno se guía por si alguien rinde más en algún aspecto, su reputación, algún gusto aislado, o simplemente comparten una misma canción favorita, hasta como melómano me ... choca.

Sobreentendiendo que cada uno debe hacer lo que sienta, sería bastante responsable considerar aspectos más intrínsecos a su personalidad y no tan superficiales como: el trato en privado, en público, las reacciones, la iniciativa, el ambiente que crea sin hablar, la manera de afrontar problemas, el trato a su cuerpo/salud, etc.

Calidad como cualidad primera.

No puedo entender a la gente que continúa una relación tóxica por la zona de confort: posible inestabilidad económica, posible impacto en las personas del entorno, un alto coste por una posible incomodidad con la soledad (que no hay que estar solo para sentirse solo).

Supongo que esa idea de "hay que casarse y luego ver como va" ha hecho bastante daño. Poco habrá mejor que conocerse bien, convivir juntos y si funciona, con el tiempo, un compromiso como el matrimonio si es necesario. Por fortuna hoy día ya no pasa tanto, ya que esta generación se ha vuelto más cauta y consciente, o esa es la impresión que da.

A fuego lento. Al vapor, la comida es más sana.

Será el clima que envuelve a las nuevas generaciones.







viernes, 4 de septiembre de 2015

Integral entre límites que se van viendo.

Hace tiempo que no me pongo a filosofear aquí, cosa que no quiere decir que no lo haga constantemente en mi cabeza.

Durante este verano de 2015 he llegado a entender un concepto bastante revelador mirando simplemente el calendario. Y no tiene relación directa con el tiempo.
¿Te dice algo el recuadrito que traen algunos calendarios que se desliza para indicar el día?
A mi si me dice algo. Me dice que los números son las posibilidades, y el recuadro los límites. Fíjate que puedes subir el recuadro hacia arriba y abajo, y lo puedes deslizar a la izquierda y derecha. Pero por mucho que muevas, se puede decir que el punto central del recuadro siempre está en el centro, en equilibrio.
Dicen que hay que tener un equilibrio. Si, pero ... ¿un equilibrio entre qué? ¿Donde ponemos ese recuadrito que delimita? No estamos hablando del calendario.
El "hay que tener un equilibrio" solo tiene sentido si los límites son correctos. ¿Quién pone esos límites en esta sociedad? ¿La Tradición? ¿La Educación? ¿El Hábito? ¿El Entorno? .. No vamos muy mal encaminados.

Creo que los límites los pone la naturaleza. Dijo séneca: "No sabrás qué hacer ni como hasta que no sepas cuál es tu naturaleza", Napoleón, en esa línea también dijo "El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla."
Creo que los límites y su equilibrio lo tenemos tan cerca que no lo vemos, pero .... ¿alguna vez hemos sido conscientes de nuestra historia para poder olvidarla?

Lo que más me gusta del ser humano es su afán de superación, eso es lo que al final, le hace evolucionar y mejorar. Sin prejuicios. Sin dogmas. Con curiosidad. Experimentar con objetividad, sin miedo. Sin miedo a equivocarse. Sin pagar un coste de oportunidad.
¿Qué pasa si hay mejoras que están fuera de los límites de ese recuadro? ¿Vale cualquier equilibrio?
¿Que nos estamos perdiendo? Yo aún no lo se con claridad pero tengo una difusa idea a la que creo que me acercaré en un futuro.

La pureza del ser humano debe ser mayor de la que entendemos para que me encaje el sentido de la vida que concibo. Religiones, Vicios. Dudas. Miedos. Sufrimiento. .... No creo que sea el destino del ser humano. Somos demasiado increíbles para tener este vaivén incontrolable. Mi inconsciente me dice que hay otra manera. Que hay una plenitud, y no tengo más ilusión que llegar a sentir en cada célula y cada poro esa energía, ese bienestar natural.

¿Me estaré equivocando? Todo me conduce en la dirección que voy, no creo, pero si es así, no tengo ningún problema en refundar mis objetivos. Siempre buscaré lo mejor en mis circunstancias.

Todo pasa por algo dicen ...

Me estoy imaginando este texto como un cofre que no muestra su significado hasta que no entra la palabra clave que le da sentido a todo esto.

"Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados, denle mejores alimentos. El hombre es lo que come". > Ludwig Feuerbach (Filósofo y Antropólogo - Alemania).