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viernes, 23 de enero de 2015

Press to play


  • Estado de los seres orgánicos, unión del cuerpo y el alma.
  • Un simple proceso biológico irremediable el cual tendrás que soportar y pasar sin ningún objetivo.
  • Naces, respiras, maquillas la rutina, te reproduces y mueres.
  • Oportunidad, potencial, iniciativa, simbiosis, sinergia, optimización, aprendizaje.

La primera es de la RAE, las otras 3 pueden ser otras formas de definir que es la vida según la perspectiva que tengas.
Un camino que sufrir, algo rutinario que pasamos "lo mejor que se puede" o realmente ir tras la oportunidad de vivir y aprender como mejor podemos.
En este juego de la vida, alguna que otra vez te habrán dicho que aquí se viene a aprender. "La escuela de la vida", o "de las experiencias se aprende" son algo que seguramente nos sonará. A medida que crecemos, como seres sociales, adquirimos experiencias que nos hacen evolucionar, pero en este mundo de caos emocional, no estaría de más que desde pequeños nos dedicasen algún tiempo a enseñarnos a aprender. Sí, aprender a aprender, adquirir valores como ser observador, tener confianza en uno mismo, meditar, crecimiento personal, para de esta manera, aprender de una forma más eficiente las enseñanzas que nos dan las experiencias por las que pasamos. Seguro que el mundo sería más respetuoso si nos impregnásemos de esos valores desde pequeños.

Se puede aprender desde la felicidad, la reflexión, o desde el sufrimiento, y desgraciadamente, es muy común la frase de "aprender a palos" tal vez lo que más nos cueste aprender es lo que aprendemos con el dolor.
Y es que la vida está para enseñarnos, y te va a poner situaciones que resuelvan tus carencias hasta que las aprendas. Te suena "nada pasa por casualidad" o "todo pasa por algo"? Nada es casual, la vida nos acerca personas, vivencias, y situaciones para enriquecernos, y conforme vayamos viviendo y relacionando cada vez cobrará más sentido. Y es de gran importancia la actitud que tenemos frente a ellas. A veces la vida usa hasta a las personas más cercanas y que más queremos para que aprendamos, que normalmente son las que mejor nos hacen aprender. Y eso tiene que merecer especial atención, porque ese proceso te puede alejar de la gente que más quieres cometiendo esos mismos errores. Así que elige bien como aprendes en las distintas áreas de tu vida.

Tal vez por algo se dice que tras una ruptura o experiencia dolorosa hay un gran crecimiento personal, porque normalmente hay tanto dolor que se tiende a aprender y no volvemos, o al menos pretendemos no volver a tropezar con esa piedra, o al menos eso es lo más inteligente.

Aprender no es fácil, aunque se consigue si le prestas dedicación. Como dice el lama Khenpo Ngedon, 2 de las claves para aprender en esta vida, son el por qué y el cómo. Y es que cuando viene una experiencia de sufrimiento, muchos se preguntan por qué, porqué sufren, y tal vez ahí está la respuesta, porque no lo saben y tal vez tengan que experimentarla para aprenderlo. Tal vez si en lugar de quedarse en el por qué, se ahondase un poco más, se encontrarían antes las respuestas.
Cuando viene una mala situación, el primer paso es aceptarlo, y luego usar ese poder que no es fácil de domar de elegir como vivirlo. Usar la posibilidad de cambiar la perspectiva respecto a como te afecta un problema.
El segundo paso, es identificar el porqué del sufrimiento. ¿Sufro por salud, amor o dinero? Tal vez tengas que aprender algo de no tenerlo. Esa es la clave.

Si sufres por la ausencia de una cosa, no llegará a ti, hasta que no dejes de sufrir por ella, se podría decir que es la lección del desapego al máximo nivel. Identifica que tienes que aprender de esa situación, y dejarás de sufrir eliminando ese sentimiento o experiencia de tu vida con el poder de lo que has aprendido. Herramientas como la psicosomática y biodescodificación pueden ayudar mucho a guiarse.

Las personas que se vayan cruzando contigo, te podrán aportar algo, aunque tu no lo creas desde el principio. Si algo no te gusta de una persona, el problema no es solo suyo, sino también tuyo, tal vez tengas que trabajar algo de esa persona que no te gusta ... o la tolerancia por ejemplo. Se podría resumir en que las personas te aportan o bendiciones, haciendo aflorar lo bueno que tienes, o lecciones de las que puedes elegir aprender o no.
¿Te quieren ofender de alguna manera? Al igual que en la comunicación hay 4 partes diferenciadas (emisor, receptor, canal y mensaje) en la ofensa tendríamos el que ofende, el que puede ser ofendido, la intención del que ofende y la intención del posible ofendido. Está claro que la intención del ofensor es ofenderte, pero ... y la tuya? En tu mano está elegir la perspectiva y querer ofenderte o no, esa es responsabilidad tuya. Recuerda que los que más se ofenden, dudan que en el fondo, la ofensa pueda ser verdad.  

Aquí entra en juego la intención, el beneficiar o perjudicar. Se podría decir que el mundo se rige por la libre intención, el libre albedrío. Esa capacidad de tener la libertad de poder hacer lo que se quiera que tanto nos gusta. Sin embargo, a veces, olvidamos una cosa, y es que nuestro entorno también puede hacer lo que quiera. Entonces, ¿donde están los límites?
Es justo decir que tu libertad termina donde empieza a coartar la de otros. Esa es una de las premisas que tendrás que aprender si quieres que tu vida la mueva el respeto y la armonía. Si no, tal vez la frase de "no te meto dos ostias porque ya te las dará la vida" entre en escena y se encargue de recordártelo. Muchas son las corrientes que incorporan esta norma a su filosofía, ley de la atracción, karma y dharma, bendiciones y castigos religiosos, etc, pero al fin y al cabo, la conclusión a la que podemos llegar es que aquello que generamos es lo que vivimos. Somos responsables de nuestra vida. Tal vez la palabra responsable tenga connotaciones negativas, o implique responsabilidad, pero también puedes mirarlo desde la perspectiva en la que tienes en tu mano el poder para que todo se acerque al cauce de acontecimientos que persigues.

Estarás en el buen camino, cuando sientas que te cuesta más trabajo hacer cosas que no quieres. Y llegarás a esto dedicándote tiempo a ti, a tu crecimiento personal, que nadie podrá hacer ni resolver por ti. Esa es tu tarea, simplemente conocerte, saber que sientes y donde estás, porque los perdidos no son los que no saben a donde van sino los que no saben donde están.
Acepta los tiempos, trabájate, todo pasa por algo, luego te alegrarás de haberlo aprendido.